Monday, January 28, 2008

Obstáculos Para la Sanidad - Sexta Parte

Sexto Obstáculo

Estoy Sufriendo Para La Gloria De Dios

Los que apoyan esta creencia usan, por lo general, el capítulo nueve de Juan, donde se encuentra la historia del ciego que Jesús envió al estanque de Siloé.

Sus discípulos le preguntaron si había pecado él o sus padres, provocándole la ceguera. Jesús les dijo: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”

Algunos concluyen con este verso que el hombre nació ciego para que Dios obtenga la gloria con ello.

Sin embargo, Jesús continuo diciendo: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entretanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.” Las obras de Dios no se manifestaron en el ciego hasta que Cristo hizo aquello para lo cual fue enviado; cuando sanó la ceguera del hombre.

¿Qué podemos decir de Lázaro? ¿No dice la Biblia que estaba enfermo para la gloria de Dios? Al leer la historia en el capítulo 11 del evangelio de Juan, vemos que Jesús estaba con sus discípulos cuando le llegaron noticias que Lázaro estaba enfermo.

En lugar de correr al lado de su amigo, Jesús se tardó a propósito. Le dijo a sus discípulos: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (verso 4).

Cuando Jesús legó a Betania con sus discípulos, hacía 4 días que Lázaro estaba muerto. Marta corrió a Jesús y le dijo que si hubiese estado ahí, su hermano no hubiera muerto. Jesús le dijo que era la resurrección y la vida:

Juan 11:24-26

24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Poco después, Marta se quejó de la orden de mover la piedra de la tumba que dio Jesús; ella sabía que el cuerpo estaba descompuesto y apestando después de 4 días. Por lo que Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Verso 40).

Marta no había visto aún la gloria de Dios. No veía la gloria de Dios en su hermano porque aún no se había manifestado. La gloria de Dios se manifestó en la resurrección y sanidad de Lázaro. No solo fue resucitado, sino que también fue sanado de la enfermedad que le causo la muerte.

Dios es glorificado por la sanidad y la liberación, no por la enfermedad y el sufrimiento.