Wednesday, March 20, 2013

Lo que somos en Cristo (E. W. Kenyon)


Me sorprendió descubrir que las expresiones “en Cristo”, “en quien” y “en Él” ocurren más de 130 veces en el Nuevo Testamento. Este es el corazón de la revelación de la Redención que le fue dada a Pablo.

Aquí está el secreto de la fe; la fe que conquista, la fe que mueve montañas. Aquí  está el secreto del Espíritu guiándonos a toda la realidad. El corazón anhela la intimidad con el Señor Jesús y con el Padre. Este anhelo puede ser satisfecho ahora.

Efesios 1:7
En quien tenemos la redención por su sangre: la remisión de las caídas, según la riqueza de su gracia

No es una redención pordiosera, sino una verdadera libertad de lo que tenemos ahora en Cristo. Es una redención dada por el Dios que puede decir: “Haya lumbreras en la expansión de los cielos,” y haga que la totalidad de los cielos estrellados aparezcan en un solo instante. Es una omnipotencia que va mas allá del razonamiento humano. Aquí es donde la filosofía nunca a dejado una huella.

Nuestra redención es un milagro de Su gracia. Es de acuerdo a las “riquezas de Su gracia.” Es una obra que está en el tiempo presente traída “a través de Su sangre.” Es generosa. Es abundante. Nuestra redención es algo perfecto. Cuando la conoces, entras en ella, y tu corazón empieza a acostumbrarse a ella, habrá una habilidad en tu vida que nunca has conocido.

Colosenses 1:13-14
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Tú has sido librado de la autoridad de Satanás. Eres libre. Es en Él en quien tienes redención. Has sido “trasladado al reino de su amado Hijo”. Eres libre del dominio de Satanás.

Llega la hora en la que despertarás al hecho de que él no puede colocar enfermedad en ti, de que no puede colocar dolor ni angustia en tu cuerpo.

Llega la hora en la que sabrás que la necesidad y la pobreza son cosas del pasado en tu vida.
   
Gritarás en medio de la turbulencia y el temor de otros hombres: “El Señor es mi pastor, nada me faltará. Me hace descansar en abundancia, en plenitud. Estoy satisfecho en Él.”

Esta redención es real. Satanás está desterrado, la enfermedad fue declarada illegal, la necesidad se ha desvanecido.

Somos libres.

Juan 8:36
36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

La palabra “verdaderamente” significa “en realidad”.

Juan 10:10
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;  yo he venido para que tengan vida,  y para que la tengan en abundancia.

¿Qué es vida? Vida es la naturaleza de Dios. Tú puedes tener la naturaleza del Padre  abundantemente. Tú estás “en Cristo,” en la presencia del Padre. Estás en el mismo campo de la vida. El campo de la Vida es la Vida que trasciende la razón. Tenemos la Vida Eterna, la misma Substancia de Dios.

Jesús dijo en Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” Él estaba descubriéndonos su corazón, mostrándonos lo que puede hacer para nosotros en nuestra vida diaria.

Él puede ser todo lo que su corazón amoroso desea ser para aquellos que ha redimido. Puede ser una realidad para nosotros. ¡Cuánto anhela esto nuestro corazón! Él puede completar cada deseo de nuestros corazones.

Gálatas 5:1
1  Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

El más serio problema del creyente es la posibilidad de volver a estar en esclavitud después de haber hecho libre. El dejar el campo del espíritu y la fe, y caminar en el campo de los sentidos. Mientras el Sentido de la Razón obtiene supremacía él pierde su gozo en el Señor.

Somos nuevas criaturas en Cristo Jesús. Solo debemos descubrir lo que esto puede significar para nosotros.

2 Corintios 5:17
17  De modo que si alguno está en Cristo,  nueva criatura es….

Este hecho de la Nueva Creación te da todo lo que esto significa para Jesús y el Padre sea que lo sepas o no. La revelación de Pablo está llena de la verdad de la Nueva Creación. El sueño de Dios para ti es que disfrutes de los privilegios de esta Nueva Creación.

2 Corintios 5:17
17 …las cosas viejas pasaron;  he aquí todas son hechas nuevas.

Esas viejas cosas de esclavitud, temor, enfermedad, necesidad, debilidad y fracaso han pasado.

Tu dirás: “Eso no es posible.” Pero lo es. La Nueva Creación es tal como es el Amo. Él es la cabeza. Él es la Vid, ustedes son las ramas. Tal como É les, así eres tú.

En Juan 15:1-7 dice: “Yo soy la vid verdadera,  y mi Padre es el labrador… Yo soy la vid,  vosotros los pámpanos.”

Mientras estés tratando con dudas y temores; mientras estés sentado juzgándote a ti mismo, nunca llegarás. Nunca disfrutarás de estas cosas.

Sin embargo, si actúas en la Palabra; actúas en ella como lo harías sobre la carta de algún amigo, entonces llegarás.

Cuando lees: “Todas las cosas serán hechas nuevas,” empieza a pensar de ti mismo como viviendo en este nuevo campo.

Tú has sido reconciliado con Dios por medio de Cristo.

Tú tienes ahora comunión perfecta con Él.

¡Oh! ¡Las riquezas que te pertenecen en esta nueva relación! Atrévete a hacer tu parte.

Efesios 2:10
10 Porque somos hechura suya,  creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Si eres hechura Suya, es que eres satisfactorio para Él. Él está complacido contigo.

Hemos predicado tanto tiempo acerca de condenación y de pecado que no sabemos como predicar justificación y decirle a la gente lo que son en Cristo.

Cuando alguien se los dice, ellos sienten que esto es falsa enseñanza. Siente que cualquier cosa que no honre al pecado y los levante al lugar de Cristo es una falsa enseñanza.

Tú eres el hombre nuevo de Dios. Efesios 2:15 declara que Él trajo a existencia al nuevo hombre: “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz.” Efesios 4:24: “Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

La nueva creación solo conoce un Señor. Jesús es el Señor de la Nueva Creación.

Colosenses 2:6-7 nos da una declaración gráfica de los hechos: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”

¡Qué gloriosa verdad! Ya no eres más un debilucho. Su fortaleza es tu fortaleza. Debe ser fuerte en lo que eres y abundar en acciones de gracias. Cuando dejamos de abundar en acciones de gracias es que empezamos a deteriorarnos espiritualmente.


Salmo 27:1
1  Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Salmo 23:1
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Tu has salido libremente de la vieja prisión de la esclavitud y del temor y de la necesidad, del hambre y del frío. Tu has salido para entrar en la libertad de Dios.

Hebreos 7:25 es la actitud presente de Jesús por ti: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Él vive siempre para hacer intercesión por ti.

Él está sentado a la diestra del Padre. Dilo una y otra vez: “Por siempre Él vive por mi” 

Tal como la esposa vive por el hombre al que ama, igualmente en una mucha mayor medida el Señor Jesús vive por ti. Ese es su único negocio: vivir por ti.

Somos Su Justicia

De todas las riquezas que son conocidas por el corazón humano, no hay ninguna que se iguale con esta: lo que Jesús declara a través del apóstol Pablo de que somos Su justicia.

No puedo comprenderlo. ¡Qué preciosos debemos ser para Él!

Él se convirtió una vez en nuestra justicia. Una vez nos declaró justos a través de su muerte y su resurrección. Ahora Él va más allá de esa declaración y la hace una realidad. En 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” En 1 Corintios 1:30: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.”

Mira estos tres hechos bendecidos:

1. Él se volvió nuestra justicia (Romanos 3:26).
2. Él fue hecho justificación por nosotros (1 Corintios 1:30).
3. Hemos sido hechos la justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21).

En Gálatas 2:20 dice: “Lo que ahora vivo en la carne,  lo vivo en la fe del Hijo de Dios,  el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Él me amó. Él se entregó por mí. ¡Cuán grande amor se revela aquí! Él no solo me redimió y santificó, sino que desde el cielo dice; “Yo soy la redención del hombre. Yo soy la santificación del hombre.”

Luego puedo escuchar como Su voz se eleva en las notas de un triunfo total cuando clama: “Yo soy Su Justificación y Su Sabiduría.”

Esa es toda Su obra. No son las obras del hombre pues entonces el diría: “yo tengo una parte en ello.” Tu arrepentimiento, lloriqueo y lamentos no tienen nada que ver con tu justicia o tu redención. Tú estás parado completo en Él, en toda Su grande y sin par vida.

Romanos 8:33-34 es el clímax de la revelación de nuestra Redención: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios?” Tú eres el elegido de Dios. Jesús y el Padre te han elegido y ahora Él dice: “Quién levantará algún cargo en contra de mi hijo o hija? Solo hay una sola persona que puede pararse ante la Suprema Corte que puede levantar algún cargo en tu contra. Ese es Jesús, y Él no lo hará.

“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” ¿No puedes ver las riquezas de gloria de tu herencia en Cristo? Tú estás en Él. Todo lo que Él planeó en Jesús es ahora una realidad del corazón.

No hay condenación para ti. No hay juicio para ti, No hay temor de la muerte para ti. No hay temor de muerte para ti. ¿Por qué? Porque la muerte simplemente está abriendo en vaivén los portales abiertos para que pases marchando triunfantemente a la presencia de tu Padre. 1 Juan 4:18 sostiene el corazón: “En el amor no hay temor,  sino que el perfecto amor echa fuera el temor.”

En Cristo hemos recibido la Vida Eterna, la Naturaleza de nuestro Padre. Esa Naturaleza es el Amor. Ese Amor es perfecto. Nuestro amor humano es imperfect. Su amore s “agape,” el amor que hace que la vida sea Hermosa.

Puede ser que no puedas entender o entrar en él, pero este es su perfecto amor, y es todo tuyo ahora.

1 Corintios 12:12
12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

De tal manera somos uno con Él que somos llamados Cristo. La Iglesia son llamados los que “son como Cristo.”

Él es la vid. Tú eres las ramas, El quinto verso de Juan 15:1-8 dice: “Yo soy la vid,  vosotros los pámpanos;  el que permanece en mí,  y yo en él,  éste lleva mucho fruto;  porque separados de mí nada podéis hacer.” Como la rama es para la vid, así eres tú para el corazón de Jesús.

Tú eres completamente uno con Él. Todo este tiempo has estado pensando acerca de tu pescador, acerca de tus debilidades y fracasos. Escúchalo susurrar de Romanos 8:1 a tu corazón ahora: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.”

Si has Nacido de Nuevo estás “en Cristo.” Eres un vencedor Estás libre de la condenación. Eres la justicia de Dios en Él. Eres la plenitud de Dios en Él. Estás completo en Él. La riqueza de Su Gloria, la riqueza de sus riquezas, que nunca han sido oídas. Eres justo. No hay conciencia de pecado en ti. No hay complejo de inferioridad para ti. Tú estás ahora en Cristo, la misma justicia de Dios.

Tú puedes usar el Nombre de Jesús sin temor. Puedes hacer lo que Pedro hizo en Hechos 3:5-6: “Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.” Tú puedes entrar libremente. En Juan 16:23-24 dice: “Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.” Lo que dice en Juan 15:7 es tuyo ahora: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”

Tú estás en Él. Él está en ti. Eres Su Justicia. Eres Su Vida. Puedes hacer Sus obras ahora. En Juan 14:12-13 dice: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Toma tu lugar. Usa el Nombre para sanar a los enfermos. Su muerte no fue en vano. Su sufrimiento no fue en vano. Párate plenamente en Su plenitud, llénate con su abundancia. Estás lleno de Su santidad. Su gracia es tuya.

Hebreos 4:14-16 puede volverse una realidad en tu vida: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” La palabra aquí no es “profesión” sino “confesión.” El cristianismo es llamado “la gran confesión.” Tu confesión es lo que eres en Cristo. Todo lo que te hemos dicho es tu realidad. Tú debes retenerla.

El adversario intentará que niegues tu confesión. Tratará de que confieses cualquier cosa en lugar de ello. Tratará de hacerte confesar debilidad y fracaso y escasez.

Pero tú reten tu confesión: “Mi Dios suplirá todo lo que me falta” (Filipenses 4:19). Párate en esta confesión: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Haz la declaración que Él es quien te fortalece. Dilo para ti en voz alta hasta que te acostumbres a escucharlo.

En 1 Pedro 2:24 dice: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” Tú moriste a los pecados en esa cruz; resucitaste para caminar en justicia; y por Sus heridas fuiste sanado. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, la sanidad llegó a pertenecerte.

Retén tu confesión en la cara de cada asalto del enemigo. Resístelo en el Nombre de Jesús.

Camina en el Camino de la Justicia, que significa actuar y vivir como si Jesús te hubiese hablado la Palabra. Ese es el camino de la victoria. Esa es la manera en la que echas a los demonios y las enfermedades en el Nombre de Jesús. Cada enfermedad que aflige al cristiano podría ser sanada si hubiese alguien que se atreviera a caminar en justicia por ese creyente, que se hubiera atrevido a caminar en la plenitud de sus privilegios en Cristo. El demonio hubiera podido ser quitado y la sanidad podría haber sido suya.

En Hebreos 4:15-16 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,  para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Tú has sido invitado a venir ahora al salón del trono y sentarte con el Maestro y con el Padre.

Debes venir con osadía. No vengas gimiendo. No vengas confesando tu pecado llorando tus debilidades y fracasos. Ponte una nueva vestidura. Vístete apropiadamente para aparecer ante el trono.

Ustedes son los hijos e hijas sin condenación del Dios Todopoderoso. Encontrarás misericordia y gracia para ayudarte en el tiempo de necesidad.


Sunday, March 03, 2013

Nuestras Responsabilidades Como Miembros de la Iglesia



Nuestras Responsabilidades Como Miembros de la Iglesia

El éxito de nuestra Iglesia dependerá del hecho de que los miembros que se van añadiendo lo hagan entendiendo su misión dentro del Cuerpo.

En 1 Corintios 12:27 dice: “Vosotros,  pues,  sois el cuerpo de Cristo,  y miembros cada uno en particular.” En el contexto del capítulo vemos que todos los miembros de la iglesia  tienen características diferentes y todos serán colocados en lugares distintos según el talento y habilidad que Dios le haya dado.

Tomando esto en cuenta veamos algunas responsabilidades que tenemos como miembros de nuestra iglesia:

1. Una de nuestras responsabilidades principales es el compartir el Evangelio con las personas que todavía no conocen al Señor.

En Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.”

Como creyente debemos predicar la Palabra a la gente; especialmente, debemos ocuparnos de ganar a nuestros familiares.

2. Cuidado y relación con el resto de los miembros de la iglesia.

En la iglesia somos una gran familia y como tal debemos tener una relación íntima de amistad y cuidado con los demás hermanos.

En 1 Corintios 12:22-26 dice: “Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,  y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.”

Nuestra preocupación siempre debe ser que nuestros hermanos estén bien en el Señor para que puedan caminar en la victoria y bienestar que Dios les dio.

3. Asistencia y participación en las reuniones.

Ya hemos citado varias veces Hebreos 10:25 donde nos habla de la necesidad de reunirnos cada vez que haya una reunión en la iglesia.

La Biblia Amplificada lo pone así: “No dejando o descuidando el reunirse [como creyentes], lo cual es el hábito de ciertas personas, sino amonestar (advirtiendo, instando, y alentando) el uno al otro, y todos más fielmente mientras ven que el día está acercándose.”

Es una mala costumbre el dejar de reunirse, necesitamos hacerlo, porque no solamente debemos animar a la gente sino que también necesitamos que nos animen a nosotros

4. Ofrecer nuestros dones y talentos al servicio de la iglesia.

En Gálatas 5:13 dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.”

Debemos servir en amor con aquellos talentos y habilidades que Dios nos ha dado; algunos apoyarán en música, otros como ujieres, otros como consejeros, otros en evangelismo, otros con los niños, otros en las células.

Hay un sinnúmero de actividades en la iglesia en las cuales podemos apoyar con las habilidades que Dios nos dio.

5. Sostener a la iglesia con nuestros diezmos y ofrendas.

Este es un punto muy importante, la iglesia tiene muchos gastos tanto en infraestructura, como en el personal y los proyectos para beneficio de la gente; y todas estas cosas requieren de dinero que debe salir de la gente que está asistiendo a la iglesia.

La Biblia tiene mucho que decir al respecto, pero la manera principal de sostener la iglesia es por medio de los diezmos y las ofrendas.

En Malaquías 3: 10 dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”

El diezmo es sencillamente la décima parte de nuestros ingresos; es decir, un sol por cada diez que ganamos le pertenecen al Señor; y es lo que traemos a la iglesia para el sostenimiento de su obra.

La ofrenda no es una cantidad fija como el diezmo sino lo que le damos libremente al Señor según hayamos dispuesto en nuestro corazón.

En 2 Corintios 9:6-11 podemos ver esto muy claramente: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.  Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,  porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,  teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.”

Debemos sostener nuestra iglesia con nuestros diezmos y ofrendas, tal como enseña la Biblia.

6. Debemos cuidar y obedecer a nuestros pastores

Dejamos lo más importante para el final, debemos cuidar, proteger, amar y obedecer a nuestros pastores.

El pastor es un don o regalo de Dios para nosotros, ha sido puesto para alimentarnos cuidarnos y edificarnos.

En Efesios 4:8, 11-12 dice: “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto,  llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres…Y él mismo constituyó a unos,  apóstoles;  a otros,  profetas;  a otros,  evangelistas;  a otros,  pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,  para la edificación del cuerpo de Cristo.”

Ya que Cristo mismo los constituyó como un regalo para nosotros debemos de respetar y cuidar ese don que Dios nos dio, en la forma de nuestro pastor.

En Hebreos 13:7 vemos que debemos seguir su ejemplo e imitar su fe: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” Y en Hebreos 13:17 vemos que debemos obedecerlos y someternos a ellos: “Obedeced a vuestros pastores,  y sujetaos a ellos;  porque ellos velan por vuestras almas,  como quienes han de dar cuenta;  para que lo hagan con alegría,  y no quejándose,  porque esto no os es provechoso.”