Reconoce Quien es tu Enemigo
2 Corintios 4:4
La Biblia al Día
El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
La Biblia Latinoamericana
Se niegan a creer, porque el dios de este mundo los ha vuelto ciegos de entendimiento y no ven el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es imagen de Dios.
La Biblia en Lenguaje Sencillo
La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no los deja.
Nueva Biblia de los Hispanos
En los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento (la mente) de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
En este pasaje vemos cual es el enemigo con el que tenemos de tratar.
Satanás es el dios de este siglo o mundo presente
El término siglo o mundo es “aion” que según Vine significa: “Una edad, era, significa un período de duración indefinida, o tiempo contemplado en relación con lo que tiene lugar en el período. El sentido que tiene la palabra no es tanto el de la longitud misma de un período, sino el de un período marcado por características espirituales o morales.”
Satanás es el “dios” de este periodo marcado desde la caída del hombre hasta el tiempo de la Segunda Venida de Jesús en que será derrotado y encadenado por mil años.
En ese periodo Satanás ha cegado la mente o entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz de Cristo.
Pero lo que no sabe es que Dios nos ha dado las armas para la victoria.
Efesios 6:10-17
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
No tenemos por que ser vencidos Dios nos ha dado las armas para la victoria, solo debemos tomarlas y caminar en la victoria que dios nos dio.
En la época de las grandes campañas en carpa en los Estados Unidos, un predicador tenía una carpa que albergaba 20 mil personas.
Al ponerla en Texas vino un tornado y se la llevó.
Estando en una reunión para levantar fondos para una nueva carpa, este predicador dijo: “No se si fue Dios o el diablo quien se llevó mi carpa.”
Este predicador no se dio cuenta que no es Dios quien está en el negocio de llevarse las carpas; es el diablo; Dios está en el negocio de que se predique el evangelio no de estorbarlo.
Hay gente que piensa: “Si, pero Dios lo permitió.”
¡No! Satanás es el Dios de este mundo presente como vimos en 2 Corintios 4:4; y las leyes que gobiernan este mundo vienen en su mayoría de la caída del hombre.
Por ese motivo la gente no se da cuenta y acusa a Dios de todas las cosas malas que ocurren, tales como accidentes, catástrofes, terremotos, tsunamis, epidemias, enfermedades, muertes de nuestros seres queridos.
Cuando mi hermano se fue al cielo, mi papá me preguntaba por que se lo había llevado Dios y yo con mucha tristeza le dije que Dios no estaba manejando el carro.
No podemos echarle la culpa a Dios de las cosas que nos pasan.
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