Fortaleciéndonos en el Señor
Volvamos a Efesios 6:10
Biblia Expandida de Fe
Por lo demás, fortalézcanse continuamente en el Señor y en el poder activo de Su potente fuerza.
Biblia Latinoamericana
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza
Castilian
Dicho esto, os recuerdo también que vuestra fortaleza ha de emanar del gran poder del Señor, que está en vosotros.
Mucha gente lee este verso hasta la mitad y dice: “Debo ser fuerte.”
Pero aquí no dice que nos hagamos más fuertes; dice que nos fortalezcamos EN EL SEÑOR, y en el poder de su fuerza.
Es lo que dice en Romanos 8:37 cuando dice que somos más que vencedores en Cristo, no son nuestras fuerzas ni nosotros mismos, es la unión que tenemos con Cristo lo que nos da la victoria.
Un ejemplo de esto sucedió en 1937, tal como lo narra Kenneth Hagin en su libro: “Que hacer cuando la fe parece débil y la victoria perdida.”.
El ejército de Estados Unidos estaba experimentando con dirigibles, zeppelines y maquinarias más ligeras que el aire.
Estaban tratando de anclar una de estas naves en una torre de acero en Akron, Ohio.
Cerca de 200 soldados estaban sosteniendo la nave con sogas para amarrar la nave. De pronto, sin motivo aparente la nave se disparó en el aire. Algunos soldados se dieron cuenta y se soltaron inmediatamente, pero otros no. Empezaron a subir con la nave. Cuando ya no podían más caían al suelo. Como consecuencia de esto cerca de 30 murieron y varios quedaron gravemente heridos.
Pero había un joven que se mantenía en el aire. Se veía como un soldado de juguete dando vueltas en el aire.
Las mujeres se desmayaban, los niños gritaban, la gente pensaba que en cualquier momento se caería y moriría. Pero después de una hora y cuarenta y cinco minutos, cuando lo rescataron, el estaba completamente bien.
Los periodistas le preguntaron: “¿Cómo lograste sostenerte tanto tiempo?”
Él les respondió: “En realidad yo no me sostuve, fue la soga quien me sostuvo; yo sencillamente cuando vi que estaba muy arriba para saltar me amarre la soga alrededor de mi cuerpo y dejé que me lleve por el aire.”
No eran sus propias fuerzas lo que le salvó la vida, fue la fuerza de la soga a la que estaba amarrado.
De eso se trata cuando dice: “. . . fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” No son nuestras propias fuerzas, no es nuestro propio poder, es el poder de la fuerza del Señor.
Debemos amarrarnos de las promesas del Señor como lo hizo este joven con la soga, y caminar en la libertad que Dios nos dio.
No luchemos más sino dependamos de Dios.
Y finalmente debemos mantenernos firmes en las promesas que hemos creído.
Efesios 6:13-14
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
Debemos reconocer quien es nuestro enemigo, fortalecernos en el Señor y mantenernos firmes.
Biblia Expandida de Fe
Por lo demás, fortalézcanse continuamente en el Señor y en el poder activo de Su potente fuerza.
Biblia Latinoamericana
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza
Castilian
Dicho esto, os recuerdo también que vuestra fortaleza ha de emanar del gran poder del Señor, que está en vosotros.
Mucha gente lee este verso hasta la mitad y dice: “Debo ser fuerte.”
Pero aquí no dice que nos hagamos más fuertes; dice que nos fortalezcamos EN EL SEÑOR, y en el poder de su fuerza.
Es lo que dice en Romanos 8:37 cuando dice que somos más que vencedores en Cristo, no son nuestras fuerzas ni nosotros mismos, es la unión que tenemos con Cristo lo que nos da la victoria.
Un ejemplo de esto sucedió en 1937, tal como lo narra Kenneth Hagin en su libro: “Que hacer cuando la fe parece débil y la victoria perdida.”.
El ejército de Estados Unidos estaba experimentando con dirigibles, zeppelines y maquinarias más ligeras que el aire.
Estaban tratando de anclar una de estas naves en una torre de acero en Akron, Ohio.
Cerca de 200 soldados estaban sosteniendo la nave con sogas para amarrar la nave. De pronto, sin motivo aparente la nave se disparó en el aire. Algunos soldados se dieron cuenta y se soltaron inmediatamente, pero otros no. Empezaron a subir con la nave. Cuando ya no podían más caían al suelo. Como consecuencia de esto cerca de 30 murieron y varios quedaron gravemente heridos.
Pero había un joven que se mantenía en el aire. Se veía como un soldado de juguete dando vueltas en el aire.
Las mujeres se desmayaban, los niños gritaban, la gente pensaba que en cualquier momento se caería y moriría. Pero después de una hora y cuarenta y cinco minutos, cuando lo rescataron, el estaba completamente bien.
Los periodistas le preguntaron: “¿Cómo lograste sostenerte tanto tiempo?”
Él les respondió: “En realidad yo no me sostuve, fue la soga quien me sostuvo; yo sencillamente cuando vi que estaba muy arriba para saltar me amarre la soga alrededor de mi cuerpo y dejé que me lleve por el aire.”
No eran sus propias fuerzas lo que le salvó la vida, fue la fuerza de la soga a la que estaba amarrado.
De eso se trata cuando dice: “. . . fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” No son nuestras propias fuerzas, no es nuestro propio poder, es el poder de la fuerza del Señor.
Debemos amarrarnos de las promesas del Señor como lo hizo este joven con la soga, y caminar en la libertad que Dios nos dio.
No luchemos más sino dependamos de Dios.
Y finalmente debemos mantenernos firmes en las promesas que hemos creído.
Efesios 6:13-14
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
Debemos reconocer quien es nuestro enemigo, fortalecernos en el Señor y mantenernos firmes.
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