Definiendo la Iglesia
Para poder entender el plan de Dios en este mundo debemos
entender lo que es la iglesia, pues es el medio a través del cual va a
realizarse su plan en este mundo.
Definición de Iglesia
La palabra iglesia viene del término griego ekklesia, esta
palabra, a su vez, se compone de dos: "ek"
que quiere decir "fuera del
grupo" y "kaleo"
que significa "llamar," de
ahí podemos ekklesia definir como: “los
llamados a estar fuera.”
Desde la antigüedad se usó el término ekklesia para
designar un grupo de personas que era llamado a una reunión pública, una
asamblea; no importando el carácter de la reunión. Por ese motivo, cuando los
creyentes del Nuevo Testamento se unieron para adorar a Dios, se llamaron
ekklesia.
Vine confirma eso cuando dice: “Se usaba entre los griegos de un cuerpo de ciudadanos reunido para
considerar asuntos de estado.”
En Hechos 19:23-41 podemos ver un ejemplo claro de esto
durante el alboroto que ocurrió en Éfeso provocado por los seguidores de la
diosa Diana.
En el verso 32 dice: “Unos,
pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y
los más no sabían por qué se habían reunido.” Y en los versos del 39 al 41: “Y si demandáis alguna otra cosa, en
legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados
de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar
razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.”
En Hechos 7:38 se utiliza el término ekklesia para designar
a la congregación de Israel: “Este es
aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le
hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de
vida que darnos.”
En Hebreos 2:12 también vemos esto: “Diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la
congregación te alabaré.”
A partir de Mateo 16:18 ekklesia se convierte en un término
cristiano luego del uso que Jesús le dio en ese verso: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré
mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
En Efesios 1:22-23 la iglesia es llamada el cuerpo de
Cristo: “Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo.”
En 1 Corintios 12:12-13 dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu.”
Por lo que hemos visto podemos definir a la iglesia de esta
manera: “La iglesia es la comunidad,
congregación o asamblea de todos los creyentes del Nuevo Testamento que han
sido unidos por los lazos de la fe y la acción regeneradora del Espíritu Santo,
de una manera vital a Jesucristo.”
Notemos que el término iglesia no su refiere a un templo,
edificio o lugar de culto como sucede en la actualidad sino a la gente que se
reúne en esos lugares.
La Iglesia Local y la Iglesia Universal
La iglesia podemos verla en dos dimensiones: la iglesia
universal, que es el cuerpo de Cristo, todos los creyentes que están sea en el
cielo o que vivan en la tierra; y, la iglesia local, que son comunidades, congregaciones
o asambleas que se reúnen en un lugar geográfico determinado.
En Colosenses 1:18 vemos a Jesús como cabeza de la iglesia:
“Y él es la cabeza del cuerpo que es la
iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que
en todo tenga la preeminencia.”
Jesús es la cabeza de todo el cuerpo que es la iglesia
universal, a la cual todos nosotros pertenecemos, sin importar cual sea la
iglesia local a la que pertenezcamos.
Notemos lo que pasó mientras Pablo perseguía a los creyentes:
“Saulo, respirando aún amenazas y muerte
contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para
las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de
este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció
que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz
del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien
tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” (Hechos 9:1-5).
Pablo pensaba que perseguía a la iglesia, pero en realidad
estaba persiguiendo a Jesús. La iglesia universal es el cuerpo de Cristo.
Otra definición de la Iglesia local es esta: “Una congregación de santos organizada de
acuerdo con el Nuevo Testamento de un sitio.” Por ejemplo: ". . . la Iglesia en Cencrea"
(Romanos 16:1), ". . . la Iglesia de
los Tesalonicenses" (1 Tesalonicenses 1:1), ". . . la Iglesia en Tiatira" (Apocalipsis 2:18).
En el Nuevo Testamento hay muchos registros más de iglesias
locales las cuales se reunían en lugares particulares.
Nosotros como creyentes nos reunimos en una iglesia local
pero pertenecemos a la iglesia universal.
Propósito y Misión de la Iglesia
En 1 Pedro 2:9 dice: “Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable.”
El plan de Dios para la iglesia es que anunciemos a Jesús.
En 1 Timoteo 2:3-4 vemos cual es el plan de Dios para el
mundo: “Porque esto es bueno y agradable
delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
Dios desea que todos los hombres sean salvos.
En Juan 3:16 vemos que por ese motivo vino Jesús al mundo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.”
Jesús vino al mundo para morir por nosotros y darnos vida
eterna, el precio ya fue pagado pero ahora nos toca a nosotros hacer algo.
En 1 Corintios 1:21 dice: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.”
Nos toca ahora predicar el evangelio.
En Marcos 16:15-16 Jesús dijo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,
será condenado.”
Es nuestra responsabilidad ir al mundo y predicar el
evangelio.
En 2 Corintios 5:18-20 vemos de manera más clara el
propósito de Dios para la iglesia: “Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que,
somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
Dios le dio un ministerio a la iglesia, el consagrarse a
reconciliar a los hombres a través de la predicación del evangelio.
Otra parte de la misión de la iglesia la vemos en Efesios
4:11-12: “Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo.”
Dios ha levantado el ministerio quíntuple para perfeccionar
o entrenar a los santos para que hagan la obra del ministerio, es decir,
equiparlos para que puedan predicar el evangelio con efectividad.
Además para que los creyentes puedan ser edificados y
crecer en la gracia de Dios.
Gobierno de la Iglesia
Dios ha levantado las iglesias locales colocando el
ministerio del pastor para su dirección y cuidado.
En Mateo 24:45 dice: “¿Quién
es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para
que les dé el alimento a tiempo?”
En Hechos 20:28 vemos que Dios mismo, a través del Espíritu
Santo es quien pone los pastores en la iglesia: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él
ganó por su propia sangre.”
Cuando la Biblia habla de obispos está hablando de pastores
en su papel de supervisores del rebaño.
Dios es el que colocó el ministerio pastoral en la iglesia,
recordemos que en Efesios 4:11 dice: “Y
el mismo constituyó. . . pastores. . . .”
Dios es el que eligió a los pastores, no la iglesia, la
iglesia solamente reconoce al pastor que Dios le dio.
La iglesia tiene la responsabilidad de reconocer a su
pastor pero el pastor también tiene responsabilidades hacia la iglesia.
En 1 Pedro 5:1-4 dice: “Ruego
a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y
testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la
gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,
cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia
deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están
a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el
Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de
gloria.”
Aquí el término anciano se refiere a los pastores, noten
que al final se llama a Jesús el príncipe de los pastores.
Pedro les dice a los pastores que apacienten sus iglesias
locales, cuidando de ellos porque fue Dios quien les encomendó ese rebaño.
Finalmente en Efesios 4:12 vemos un aspecto más del
ministerio pastoral: “perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”
Es decir, convertir a los creyentes en ganadores de almas,
entrenarlos y equiparlos para que puedan realizar con efectividad la Gran
Comisión.
Además, enseñarles la buena Palabra de Dios, todo el
consejo de Dios para que puedan tener vidas fructíferas.
Por este motivo es que Dios preparó un equipo especial de
gente llamada el ministerio de ayudas.
No comments:
Post a Comment