Sunday, March 03, 2013

Nuestras Responsabilidades Como Miembros de la Iglesia



Nuestras Responsabilidades Como Miembros de la Iglesia

El éxito de nuestra Iglesia dependerá del hecho de que los miembros que se van añadiendo lo hagan entendiendo su misión dentro del Cuerpo.

En 1 Corintios 12:27 dice: “Vosotros,  pues,  sois el cuerpo de Cristo,  y miembros cada uno en particular.” En el contexto del capítulo vemos que todos los miembros de la iglesia  tienen características diferentes y todos serán colocados en lugares distintos según el talento y habilidad que Dios le haya dado.

Tomando esto en cuenta veamos algunas responsabilidades que tenemos como miembros de nuestra iglesia:

1. Una de nuestras responsabilidades principales es el compartir el Evangelio con las personas que todavía no conocen al Señor.

En Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.”

Como creyente debemos predicar la Palabra a la gente; especialmente, debemos ocuparnos de ganar a nuestros familiares.

2. Cuidado y relación con el resto de los miembros de la iglesia.

En la iglesia somos una gran familia y como tal debemos tener una relación íntima de amistad y cuidado con los demás hermanos.

En 1 Corintios 12:22-26 dice: “Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,  y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.”

Nuestra preocupación siempre debe ser que nuestros hermanos estén bien en el Señor para que puedan caminar en la victoria y bienestar que Dios les dio.

3. Asistencia y participación en las reuniones.

Ya hemos citado varias veces Hebreos 10:25 donde nos habla de la necesidad de reunirnos cada vez que haya una reunión en la iglesia.

La Biblia Amplificada lo pone así: “No dejando o descuidando el reunirse [como creyentes], lo cual es el hábito de ciertas personas, sino amonestar (advirtiendo, instando, y alentando) el uno al otro, y todos más fielmente mientras ven que el día está acercándose.”

Es una mala costumbre el dejar de reunirse, necesitamos hacerlo, porque no solamente debemos animar a la gente sino que también necesitamos que nos animen a nosotros

4. Ofrecer nuestros dones y talentos al servicio de la iglesia.

En Gálatas 5:13 dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.”

Debemos servir en amor con aquellos talentos y habilidades que Dios nos ha dado; algunos apoyarán en música, otros como ujieres, otros como consejeros, otros en evangelismo, otros con los niños, otros en las células.

Hay un sinnúmero de actividades en la iglesia en las cuales podemos apoyar con las habilidades que Dios nos dio.

5. Sostener a la iglesia con nuestros diezmos y ofrendas.

Este es un punto muy importante, la iglesia tiene muchos gastos tanto en infraestructura, como en el personal y los proyectos para beneficio de la gente; y todas estas cosas requieren de dinero que debe salir de la gente que está asistiendo a la iglesia.

La Biblia tiene mucho que decir al respecto, pero la manera principal de sostener la iglesia es por medio de los diezmos y las ofrendas.

En Malaquías 3: 10 dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”

El diezmo es sencillamente la décima parte de nuestros ingresos; es decir, un sol por cada diez que ganamos le pertenecen al Señor; y es lo que traemos a la iglesia para el sostenimiento de su obra.

La ofrenda no es una cantidad fija como el diezmo sino lo que le damos libremente al Señor según hayamos dispuesto en nuestro corazón.

En 2 Corintios 9:6-11 podemos ver esto muy claramente: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.  Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,  porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que,  teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.”

Debemos sostener nuestra iglesia con nuestros diezmos y ofrendas, tal como enseña la Biblia.

6. Debemos cuidar y obedecer a nuestros pastores

Dejamos lo más importante para el final, debemos cuidar, proteger, amar y obedecer a nuestros pastores.

El pastor es un don o regalo de Dios para nosotros, ha sido puesto para alimentarnos cuidarnos y edificarnos.

En Efesios 4:8, 11-12 dice: “Por lo cual dice: Subiendo a lo alto,  llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres…Y él mismo constituyó a unos,  apóstoles;  a otros,  profetas;  a otros,  evangelistas;  a otros,  pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,  para la edificación del cuerpo de Cristo.”

Ya que Cristo mismo los constituyó como un regalo para nosotros debemos de respetar y cuidar ese don que Dios nos dio, en la forma de nuestro pastor.

En Hebreos 13:7 vemos que debemos seguir su ejemplo e imitar su fe: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” Y en Hebreos 13:17 vemos que debemos obedecerlos y someternos a ellos: “Obedeced a vuestros pastores,  y sujetaos a ellos;  porque ellos velan por vuestras almas,  como quienes han de dar cuenta;  para que lo hagan con alegría,  y no quejándose,  porque esto no os es provechoso.”

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