Thursday, April 11, 2013

E. W. Kenyon - Dos Clases de Justicia - Parte 3 - La Revelación de la Justicia


La Revelación de la Justicia

Entendemos que esa justicia significa la habilidad de estar parado en la presencia del Padre Dios sin ningún sentimiento de culpa ni inferioridad. Ésta ha sido la búsqueda de las edades. El deseo de quitarse la conciencia de pecado ha dado nacimiento a todas las religiones principales del mundo. La Sra. Eddy, copiando a Hegel, declara osadamente que Dios no es una persona, y que Satanás no es una persona. Así, que no habiendo Dios ni diablo, no puede haber pecado. 

Si no hay pecado, tampoco puede haber juicio debido al pecado. Si no hay pecado ni temor de juicio, no debería haber conciencia de pecado. Nuestra declaración de que la marea no sube, no la detiene de subir. Las declaraciones de los filósofos de que no existe Dios no detiene la existencia de Dios. Dios existe. Satanás existe. El pecado existe.

Pero Dios trató el problema del pecado en Su Hijo. Él quitó el pecado por el sacrificio de ese Hijo. Él lo hizo posible en términos legales para que el hombre que estaba espiritualmente muerto, en unión con Satanás, se vuelva una nueva creación al recibir la misma naturaleza y vida de Dios. Esta vida y naturaleza de Dios es la justicia. Por eso, el hombre que recibe la naturaleza de Dios se vuelve automáticamente en la justicia de Dios en Cristo.

Puede que no lo sepa, puede que no tome ventaja de ello, pero es verdad. El dominio de la conciencia de pecado sobre la iglesia ha sido fomentado, desarrollado y hecho una realidad por los ministros que han predicado pecado en lugar de predicar a Cristo y a la nueva creación. La conciencia de pecado vino con la caída cuando el hombre se hizo participante de la muerte espiritual. Pasando por las edades universales el hombre ha estado bajo la ruinosa maldición de la muerte espiritual que concibió la conciencia de pecado.

El hombre que está muerto espiritualmente no puede pararse ante de la presencia de Dios. Podemos ver como Dios ilustró ese hecho en el Antiguo Pacto. Una vez al año el Sumo Sacerdote iba al lugar Santísimo, y solamente cuando estaba cubierto por la sangre. El Sumo Sacerdote no entraba al Lugar Santísimo para adorar, sino para hacer la expiación anual por el Israel que estaba muerto espiritualmente. Dios envió a Su Hijo al mundo para Encarnarse, para estar eternamente unido con la humanidad.

Ese Hijo fue a la cruz por el consejo determinado de Dios, se hizo pecado, tomó nuestro lugar como substituto. Luego conquistó al Enemigo he hizo que la justicia estuviese disponible para el hombre. Una redención que no hace justo al hombre sería una falacia. Hasta que el hombre sea justo y lo sepa, Satanás reinará sobre él, el pecado y las enfermedades serán sus amos. Pero en el instante que sabe que es la justicia de Dios en Cristo y conoce lo que esa justicia significa, Satanás es derrotado.

La Iglesia no ha enseñado ni siquiera una justicia limitada. Tiene una justificación teológica que no explica el asunto. La redención de Dios en Cristo es la solución. Hace que el hombre sea un espíritu dominante cuando antes servía como un débil esclavo. ¿Cómo podemos obtener esta justicia que nos da comunión perfecta con el Padre, que nos da la conciencia que somos los amos sobre las fuerzas de oscuridad? Esa justicia viene a nosotros cuando tomamos a Jesús como nuestro Salvador y confesamos Su Señorío sobre nuestras vidas.

Cuando sabemos que Jesús murió por nuestros pecados de acuerdo a las Escrituras, que al tercer día se levantó de la muerte después de haber quitado nuestro pecado y satisfecho los reclamos de justicia como nuestro substituto; cuando sabemos eso y lo tomamos como nuestro Salvador y lo confesamos como Señor, en ese momento recibimos la naturaleza de Dios y nos volvemos la Justicia de Dios en Cristo.

En 2 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Nos hemos vuelto la justicia de Dios en Cristo. Esa justicia no es una experiencia, aunque da nacimiento a muchas experiencias maravillosas. Esta es la naturaleza del Padre impartida a nosotros. Esta es esa naturaleza ganando ascendencia en nosotros hasta que sabemos que somos lo que Dios dice que somos, amos, ¡vencedores!

No comments: